Esta historia, sucedió una noche, en el cuartito donde se guardan los artículos de limpieza de un salón de eventos llamado “Anabelle”, ubicado en la ruta 9, durante el festejo de un casamiento. Cuando Fernanda y Cayetano se vieron, se quedaron paralizados, no se saludaron, no se hablaron y pensaron que desde ahora se encontrarían de casualidad en los festejos importantes de Bety y Manuel. Este fue uno de esos festejos. Fue el primero. Y el último.
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